¡La leyenda de la flor de almendro en el Algarve en Portugal!
Es un cuento popular que se ha contado durante muchos siglos en diferentes variaciones y en diferentes lugares del mundo. Parece que sólo hay un lugar verdadero al que pertenece esta historia y es Portugal.
Esta romántica historia cuenta sobre el amor de un rey moro y su reina del Norte y cómo ese amor aseguró que todavía “nevara” en el Algarve cada año siglos después de su boda.
Érase una vez..........
Como toda historia que habla de reyes, reinas y el amor verdadero, esta historia también comienza. Érase una vez, hace mucho tiempo, en el sur de Portugal, en la provincia de Al-Gharb, nombre árabe del Algarve, vivía un apuesto rey llamado Ibn-Almundim.
Fue un comandante formidable y logró victoria tras victoria. Con ello contribuyó a la expansión del imperio árabe en territorio portugués. Era amado por su pueblo y temido por sus enemigos. Tras ganar otra batalla, los prisioneros fueron llevados a Xelb, lugar que más tarde se llamaría Silves.
El rey Ibn-Almundim vio entre los prisioneros a una hermosa mujer de piel clara, ojos azules y cabello rubio. El rey se enamoró inmediatamente de esta princesa del Norte. Ella también se enamoró de él y se casaron. Fue una fiesta sin precedentes.
Incluso después de la boda todo estuvo bien. El rey y la reina se querían mucho. Hasta que un día la reina Gilda enfermó. Se sentía triste, profundamente infeliz y sólo podía llorar por la añoranza de su patria y por la falta de nieve en invierno.
El rey odiaba ver así a su gran amor. El rey, que haría cualquier cosa por su esposa, buscó diligentemente una solución. Desde su país de origen hizo traer miles de almendros a Xelb y plantarlos alrededor del castillo.
La llevó a la ventana y abrió las contraventanas para que pudiera mirar afuera. La reina Gilda no podía creer lo que veía. ¡Todas las colinas alrededor del castillo y todos los árboles parecían cubiertos de nieve gracias a las flores blancas de los almendros!
Vivieron felices para siempre
Cada primavera, cuando los almendros florecían y cubrían las colinas con una capa de pétalos blancos, la reina Gilda se sentía nuevamente como en casa en el extremo norte. La reina ya no sentía nostalgia y vivió feliz para siempre con su marido, el rey Ibn-Almundim.
Primavera
Esta antigua leyenda habla de uno de los elementos más típicos del paisaje del Algarve: los numerosos almendros en flor, que llenan los campos cada invierno con sus delicadas flores blancas y rosadas. ¡Nos prometen que llega la primavera!
Foto de : nuestro almendro en flor con Casa Pauline al fondo
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